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Ramón Rubial: Historia y Memoria
 
   
2.1    La insurrección de Jaca y el fervor republicano

2.2    La lealtad a la República

2.3    Emilia, la mujer de su vida

2.4    La Revolución de Octubre de 1934

2.5    La Guerra Civil: miliciano y brigadista 

2.6    Caída del Frente Norte y detención

  2.2 La lealtad a la República
 

Ramón Rubial se mantuvo fiel a las decisiones de su partido y defendió la integridad del gobierno republicano de cualquier agresión. Fue la primera vez que el Partido socialista participaba en el Gobierno de España; se estrenaba ocupando tres carteras ministeriales. El gobierno del bienio progresista (1931-1933) llevó a cabo profundas reformas sociales y políticas. Fueron unos años trémulos y convulsos para Ramón Rubial y sus camaradas. Las amenazas a la nueva legalidad provenían tanto de las fuerzas de la izquierda como de las derechas.

“Durante la Segunda República hubo un período de huelgas, antes del 1934, que querían socavar los cimientos de la República. Nosotros íbamos, a veces, a trabajar en barca para no secundar la huelga. Había piquetes que impedían entrar al trabajo. La gente era muy especial: si había piquete, no se entraba; pero si el piquete era disuelto, todo el mundo a trabajar… Y había que ver la manera en que teníamos que disolverlos… El estigma del esquirol lo manejaban los comunistas en aquella época de manera muy machacona. Y, lógicamente, la gente se acordaba un poco cuando alguien gritaba: «¡Esquirol!». Aquí el esquirol ha sido muy mal tratado. Había cantares en Altos Hornos que repetíamos de chavales: «A la entrada de Baracaldo lo primero que se ve es la fábrica de esquiroles y el “Café de Bernabé”»”. (Ramón Rubial, 1986)


Proclamación de la II República

Las huelgas no eran de broma, se tenía que ser precavido, y más si no se simpatizaba con ella. José Hurtado, compañero de Ramón, recordaba aquellos momentos: “Cuando llegó la República, más de una vez cogimos la pistola para ir a trabajar, en contra de las huelgas que los comunistas lanzaban contra el Gobierno. Pistola al bolsillo y tira adelante… Nos cogíamos una lancha y a la Naval… También hacíamos de guardaespaldas de Santinés Rueda, conocido por Galván, tío de Ramón y presidente del Sindicato Metalúrgico de la UGT, amenazado por los comunistas…”

En el seno del Partido socialista hubo división de posturas. Frente a la disciplina y moderación de Besteiro, y a la unidad de acción con los comunistas apostada por Largo Caballero, Prieto defendió una postura intermedia. Ramón y los suyos siguieron ésta postura: Los vizcaínos estuvieron cerca de las tesis de Prieto que terminaron denominándose centristas porque decían que había una equidistancia entre las otras dos tesis (…)” (Ramón Rubial, 1996). Así que fueron partidarios de la democracia y el reformismo.

Ramón siempre se mostró conciliador en las disputas internas del partido: Prieto tuvo siempre un gran respeto hacia las personas, y hacia Caballero también por su integridad y por su moralidad. Y Caballero respetó siempre a Prieto. Una cosa es que se discutan en el seno del partido concepciones distintas en cuanto a la política a seguir, y otra que, derivado de ello, surja el rencor. No. En nuestros medios eso no ha existido jamás, afortunadamente.”

 

 
 
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